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Después de El hilo invisible y La fuente escondida, Míriam Tirado regresa con un nuevo álbum ilustrado que nos invita a abrazar nuestros sentimientos. Todos somos sensibles, pero, especialmente los niños y niñas con alta sensibilidad: son más vulnerables a los estímulos que nos rodean, toleran peor los ruidos, sienten con mayor molestia la ropa que pica, o necesitan alejarse para pensar con claridad. Tras tratar los vínculos en El hilo invisible y la búsqueda de nuestra esencia en La fuente escondida, Míriam Tirado dedica este tercer álbum a un tema muy importante y que afecta especialmente a los niños, y del que se está empezando a hablar ahora: la sensibilidad y la alta sensibilidad.
Ficha técnica
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Después de El hilo invisible y La fuente escondida, Míriam Tirado regresa con un nuevo álbum ilustrado que nos invita a abrazar nuestros sentimientos. Todos somos sensibles, pero, especialmente los niños y niñas con alta sensibilidad: son más vulnerables a los estímulos que nos rodean, toleran peor los ruidos, sienten con mayor molestia la ropa que pica, o necesitan alejarse para pensar con claridad. Tras tratar los vínculos en El hilo invisible y la búsqueda de nuestra esencia en La fuente escondida, Míriam Tirado dedica este tercer álbum a un tema muy importante y que afecta especialmente a los niños, y del que se está empezando a hablar ahora: la sensibilidad y la alta sensibilidad.