La chica del Crillón es un retrato memorable de la vida santiaguina de los años treinta, cuenta la vida y desventuras de la estoica Teresa Iturrigorriaga, una joven de clase alta venida en menos que le teme a la pobreza y al repudio que esta conlleva, que lidia con un padre enfermo a quien debe mantener y una vida social de la cual intenta esconder su alicaída situación económica. Todo esto narrado en un supuesto manuscrito que esta mujer deja en el escritorio, del diario La Nación, de Joaquín Edwards Bello. Con una extraordinaria galería de caracteres femeninos, en esta novela se mezcla el humor, el infortunio, la hostil alta sociedad, las crisis económicas y políticas de la época con la transformación de la ciudad, un velado erotismo y una narración por momentos profética. Como indica Andrea Kottow en el prólogo de este volumen: La historia de Teresa, con sus múltiples vericuetos, insiste en su veracidad y se vuelve inolvidable en sus excesos, su inverosimilitud y sus miradas caleidoscópicas sobre un Chile de múltiples caretas y facetas.