En octubre de 2015 salió a la luz en Perú el caso Sodalicio de Vida Cristiana, con un efecto similar al caso Karadima en Chile. Esta sociedad eclesial, nacida en el núcleo de los sectores limeños más acomodados, había conseguido extender sus redes hasta tierras chilenas; en 1999 el cardenal Francisco Javier Errázuriz recibió con los brazos abiertos a los sodálites y, posteriormente, a sus consagradas femeninas. La comunidad “Siervas del Plan de Dios” se caracterizó por un rápido crecimiento en Latinoamérica durante una época en que muchos conventos cerraban por falta de religiosas. Saltaron a la fama con su banda musical Siervas, popular entre la juventud; pero mientras su estilo rockero era noticia en portales internacionales, el escándalo de su fundador acaparaba las primeras páginas de los diarios peruanos. Sin embargo, nadie hizo el nexo entre estos dos mundos hasta que, en 2017, una serie de exreligiosas se atrevió a dar testimonio personal de su paso por la comunidad: historias de víctimas en un sistema de control mental, manipulación y constantes humillaciones ocurridas tras un velo de santidad y amor. Sus superioras, individual y colectivamente, no solo abusaron de ellas, sino que encubrieron estos actos, minimizando y hasta negando la existencia de una estructura institucional de abuso continuo. Tras cinco años de investigación, Camila Bustamante nos entrega una crónica que revela el funcionamiento de este círculo vicioso, activo hasta nuestros días, y que sigue utilizando tácticas de silenciamiento para perpetuarse.