Bibiana, una niña de 11 años, huérfana de madre, vivía con su padre que para peor era un hombre borracho y adicto a los juegos. Él quería mucho a su hija, pero no resistió la muerte de su esposa y se embriagaba para olvidar sus penas. Bibiana trabajaba y llevaba dinero a la casa, pues le asignaban tareas pagadas como cuidar niños, alegrar fiestas, entregar periódicos y cumplir con ciertos encargos, aunque su mayor talento era contar cuentos. Ella quería ser como su profesora pues la admiraba mucho, tenía muy buenos amigos, le gustaba andar en bicicleta y adoraba a su padre porque a pesar de sus problemas el sabía entregarle a ella el amor que necesitaba. Todos querían separarlos, pensando que es lo mejor para la niña, pero nadie entiende que la felicidad para ambos está en vivir juntos a pesar de los problemas. Pues Bibiana amaba a su padre y no quería a nadie que no fuera él para vivir.