Dianna solo piensa en una cosa: vengarse. Cuando le arrancan la poca humanidad que le quedaba,
decide entregarse a su faceta más monstruosa y ver el mundo arder.
Samkiel es el único que se niega a aceptar que la chica a la que ama se ha convertido en el
monstruo que todos dicen ver, y hará lo que sea para salvar a Dianna de sí misma, aunque eso
implique perderla.
Con todos los reinos sometidos al ejército de Kaden y nuevas amenazas acechando, Samkiel no
puede permitirse bajar la guardia. Pero, a medida que Dianna se vuelve más sanguinaria, él se da
cuenta de que el tiempo se agota y no tiene claro si será capaz de salvarlos a ambos…
«Cuando reduzca este mundo a cenizas y me hagas quedar como la villana, recuerda que intenté
ser buena… tiempo atrás.»